top of page

12 Años de Esclavitud | Reseña

  • Foto del escritor: Andrés Felipe Herrera
    Andrés Felipe Herrera
  • 5 sept 2020
  • 2 Min. de lectura

En mi propósito de ver todas las películas ganadoras del Óscar a Mejor Película, llegué a "12 Years a Slave" (12 Años de Esclavitud), la ganadora en 2013 a mejor película, mejor actriz de reparto (Lupita Nyong'o) y mejor guión adaptado. Basada en las memorias del mismo título de Salomon Northup, un hombre negro nacido libre y hecho esclavo para trabajar en cultivos de algodón y azúcar en el estado de Louisiana.


La historia dirigida por Steve McQueen toma lugar en una naciente Estados Unidos, epicentro del tráfico de esclavos en los estados del sur y espacio para reformas igualitarias en los del norte. Salomon Northup es el protagonista de las dos caras de la moneda, la naturaleza apacible y emprendedora de los ciudadanos libres y los vejámenes de la esclavitud luego de ser secuestrado.

Uno de tantos paralelos que utiliza McQueen para exacerbar las emociones del espectador: el carácter histórico y el dramatismo del film; la riqueza cultural de los herederos africanos y el sufrimiento inclemente que nunca encuentra límite a lo largo de la película.


En general 12 Años de Esclavitud es la proyección de una cantidad más que suficiente de actos abyectos sobre paisajes visuales y acústicos espléndidos. La hermosura de la pantanosa Louisiana, con su flora y arquitectura única del siglo XVIII y XIX es el escenario para una historia rebosante de cultura y padecimientos.

Chiwetel Ejiofor en su papel de Salomon Northorp, logra expresar los dos polos a los que su personaje se ve sometido y remata con maestría un final que justifica la película; Lupita Nyong'o (ganadora de Óscar) quizás por su rol de subordinada tiene pocas apariciones de peso debido a su designio de padecer las circunstancias. Con seguridad las memorias de Salomon Northup eran explícitas y vívidas en el sufrimiento y la agonía habitual de cada uno de los afro-americanos que me parece ocupa 3/4 partes de su adaptación fílmica y que en algún grado pudieron haber sido prescindibles.

Una película recomendada para amantes de la historia, geografía y fotografía, y no tanto para las personas sensibles, impresionables con facilidad. Si su propósito era representar el tormento humano en mediaciones de un paisaje exuberante, puedo decir que Steve Mcqueen lo logra con creces en 12 Years a Slave.

 
 
 

Comments


bottom of page