Estreno | Dunkirk
- David Hormaza
- 7 ago 2017
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 16 sept 2020
Puntuación: 8.6/10

Sin duda alguna, Dunkirk era uno de los filmes más esperados de este año por los amantes del cine de Nolan en todo el mundo. Las especulaciones no se hicieron esperar y aunque era inevitable presentir que el director de películas como Memento (2000) e Interstellar (2014) volvería con un film grandioso y excepcional, muchos cayeron en una nostalgia prematura al enterarse de que el cineasta amante de los thrillers psicológicos y dramas surrealistas estaba desarrollando un film esencialmente bélico e histórico -acerca de la batalla de Dunkirk que consistió en la defensa y evacuación de las fuerzas británicas y aliadas atacadas por la Alemania nazi, durante la Segunda Guerra Mundial-. ¿Pero era justo subestimar al tan aclamado cineasta a priori? La respuesta absoluta es: ¡no!

Con Dunkirk, Nolan vuelve a dar una cátedra magnífica sobre cómo realizar un trabajo impecable en fotografía. Y son quizá los primeros planos que aparecen en el film los que empiezan a deleitar al espectador y a introducirlo en la atmósfera fascinante -desde el sillón de la sala de cine solamente- de la guerra “estetizada” por el cine para la audiencia de este siglo. Pero es el montaje sonoro, sin duda alguna, el que permite percibir inexorablemente la reciprocidad entre el film proyectado y su director. La mezcla y edición de sonido es suntuosa y crea un enlace -casi psíquico- entre el público y la cinta, musicalizada por Hans Zimmer, uno de los grandes compositores de bandas sonoras cinematográficas de nuestra época (ganador del Premio de la Academia por The Lion King [El rey León, 1995]). Asimismo, es menester hablar acerca del reparto con que cuenta la película, el cual va introduciéndose paulatinamente a través de la secuencia de planos iniciales del film. Mark Rylance (ganador del Óscar por Bridge of Spies [2015]), Cillian Murphy y Tom Hardy son las grandes estrellas que destacan dentro del staff, indudablemente. Y Harry Styles. El joven debutante en la pantalla gigante hace una buena interpretación, que seguramente le abrirá nuevas puertas en su carrera como actor. No esperen alguna nominación a los Premios de la Academia en las categorías de actuación, el objetivo de Nolan con su más reciente producto cinematográfico no es inmortalizar algún papel, como lo ha hecho en otras de sus producciones.
Volviendo a emplear algunos de sus recursos preferidos -la no linealidad y narrativa atemporal-, el cineasta británico construye un film que embelesa a su audiencia con el paso de los minutos. Es imposible, si uno es fan de Nolan, no pensar súbitamente en Memento, obra en la cual creó una identidad propia con dichos elementos y los cuales explotó plausiblemente más tarde también en Inception (El origen, 2010). Y es a través de dichos medios que aquel que sintió esa nostalgia precipitadamente e incluso presagió de forma arbitraria un desencanto a partir del film, reformula sus ideas primarias y encuentra en Dunkirk una muestra auténtica de la personalidad irrebatible de Cristopher Nolan, de su estilo idiosincrásico y su singular y extraordinaria forma de hacer cine; recordándole a quienes lo menosprecian ridículamente -afirmando que está sobrevalorado o que es simplemente un moneymaker en la industria del cine – que no necesita más que su genialidad para convertir una historia de la que podría esperarse muy poco en la pantalla gigante, en una obra maestra. Y sí, Dunkirk resulta convertida en una de las obras maestras de Nolan desde ahora, aunque no concuerdo en que sea su gran obra maestra. Cada quién tiene derecho a juzgarla desde su punto de vista -y debe hacerlo- sin caer en la apropiación de las críticas ajenas como propias.

¿Ganará la cinta Óscars?,¿le alcanzará a Nolan para llevarse el galardón (Mejor Director) de la industria norteamericana? Es difícil hacer predicciones desde ya, considerando el extenso camino que queda aún hasta la entrega de las estatuillas doradas en la próxima gala (2018); recuerde que las mejores películas están reservadas para los últimos meses del año usualmente y sería algo inoportuno realizar vaticinios desde ya, aun así, Dunkirk es, indiscutiblemente, la mejor película del año hasta el día de hoy, y seguramente tendrá un protagonismo importante en la temporada de premios que se empieza a avecinar. Claramente, Hans Zimmer empieza a ganar terreno en la disputa por el Óscar a la Mejor Banda Sonora y es conveniente afirmar de nuevo lo grandiosa que convierte a la película su soundtrack, uno de los componentes más admirables de la obra de Nolan. Dunkirk, una recomendación para todos los que aman el cine en verdad, y los que melancólicamente quieren entregarse por dos horas a ver más de cerca algunos episodios de uno de los actos más tristes y feroces que el humano pudo concebir: la guerra; para observar, para sensibilizarse y para recordar.
'Dunkerque' es una obra sensacional, en todos los sentidos. Trata de llegarnos a la mente y el corazón, sí, pero lo hace través de nuestro sistema nervioso.