Reseña | A Ghost Story (Sin spoilers)
- Manuel Rodríguez
- 7 ene 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 jul 2022
Puntuación: 9.0/10

A Ghost Story, dirigida por el director estadounidense David Lowery, es la historia de “C” (Casey Affleck) y su esposa “M” (Rooney Mara), quienes protagonizan un cuento de amor hasta el momento en el que “C” se accidenta y muere, en donde la historia se convierte en una no convencional fábula de fantasmas nostálgicos que pueblan la tierra con la esperanza de encontrar algo que los libere de su pasiva existencia.
Con tintes de ciencia ficción, la cinta de hora y media recuerda en muchos aspectos a recientes películas de Terrence Malick, en especial porque carece de diálogo en exceso y tiene una atmósfera trascendental que le da honor al tema que trata. En esta historia de fantasmas estamos desde el punto de vista de ellos—“C” muere y mira nostálgicamente cómo su esposa tiene que luchar con el duelo de la pérdida—y la dirección sutil del director es precisa para mostrarnos que el ser que acompañamos (“C”) no es entendible desde una perspectiva humana; ciertamente, A Ghost Story da honor a su nombre: esta no es una historia de hombres.
Aunque ampliamente criticada por su falta de diálogo y por sus largas tomas, en el caso de la película sirven estos elementos más como amplificadores del sentimiento de duelo y de estar presenciando algo trascendental. La existencia fantasmal, como Lowery intenta mostrarlo, es silenciosa y lenta. En su reflexión sobre la vida de un fantasma enamorado de su esposa, Lowery logra entablar una conversación con la misma naturaleza cinematográfica, que desde sus comienzos se conoce como un elemento fantasmal. Pues bien, ahora estamos del lado de esa presencia fantasmal, del lado de la cámara, de quien observa. En cierto sentido, se rompe la cuarta pared, y lo que se muestra se nos presenta como algo inalcanzable al entendimiento humano, y por lo tanto, innombrable. La escena del diálogo de fantasmas sirve como argumento a esto, pues se acentúa su extrañamiento por el hecho de que se necesitan subtítulos para entender lo que está ocurriendo. En este intento de traducción podría resumirse la película: un intento por traducir una vida de fantasmas (una historia de fantasmas) a un lenguaje humano.
La película se desenvuelve entre estos temas con extrema precisión. No solo se siente que cada una de las escenas es una epítome de todas las demás, sino que el tiempo es cíclico, como si estuviéramos viendo lo mismo una y otra vez. Este conflicto cinematográfico se resolverá temáticamente hacia el final de la película, en el que descubrimos que en esta historia de fantasmas algo tan mundano como el amor puede llegar a trascender el tiempo, y puede llegar a liberarnos de una silenciosa existencia. Con poco más que una sonrisa nostálgica, despedimos el universo de A Ghost Story esperando nuestra propia puerta hacia el descanso eterno.
Es un relato de terror cósmico, de enormes ambiciones, que aspira nada menos que a abrazar el sentido de la existencia y de la pérdida, todo ello con la imagen impagable de ese fantasma simplón de sábana blanca instalado en la quietud.