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Fresas Salvajes: Bergman y la Frialdad de la Razón | Ensayo

  • Foto del escritor: Daniel Rojas Cuchigay
    Daniel Rojas Cuchigay
  • 29 sept 2020
  • 6 Min. de lectura

Isak Borg es un médico sueco de 75 años, que será condecorado con un Doctorado Honoris Causa…

Con esta presentación, podríamos decir que Isak es un miembro importante de la sociedad, quien gracias a sus aportes a la esta merece reconocimiento y admiración. Pero, ¿qué pasa cuando nos adentramos en su vida y vemos sus relaciones personales? ¿Sus pensamientos? ¿Sus sueños? Puede que entonces esa admiración que profesamos ya no sea tan grande. Y es que Isak mismo reconoce para sí que es un ser insufrible (en un acto de autocondescendencia pedante y soberbia).


Sin embargo, algo lo inquieta, y es la cercanía de la muerte; en la mañana del día en que será condecorado, tiene un sueño en donde recorre una ciudad abandonada, y termina topándose con un coche fúnebre que se accidenta y del baúl que se ha caído al suelo sale su propio cadáver. Pero Isak tendrá un día inolvidable luego de esa pesadilla.


Debe partir de la ciudad en la tarde, junto a su empleada Agda, en un avión con destino a la ciudad de Lund, en donde será la ceremonia del doctorado, allí se encontrará con Evald, su hijo. Pero esa mañana, profundamente inquietado por esa pesadilla, decide irse en carro, pues como él confiesa, recordar momentos de su niñez (que parece haber sido muy feliz), le sirve cuando se siente agobiado. Agda le demuestra su desacuerdo, a lo que él, haciendo gala de su pedante personalidad, le muestra cómo aquello le importa un bledo. Marianne, su nuera (esposa de Evald), quien está de huésped en su casa desde hace un tiempo, le dice que quiere acompañarlo en su viaje.


Aquel paseo en el coche supone para ella, por su parte, una oportunidad de volver a Evald, con quien no se habla desde que llegó a la casa de Isak, luego de una pelea. Aunque Isak no lo sabe, Marianne espera un hijo, y aunque ella le intentó contar cuando llegó a su casa, se estrelló con la insensibilidad que tiene Isak para con la gente, pues este le pidió que no le contara sus problemas, y que más bien buscara un psicólogo.


En el camino se cruzan con tres muchachos: Sara, Anders y Victor, los cuales tienen planeado viajar a Italia, y el aventón hacia Lund les sienta de maravilla. Aquellos chicos tienen una vivacidad y vitalidad de la que claramente carecen tanto Marianne como Isak. El camino que quiere recorrer Isak incluye paradas sobre la antigua casa de verano de la familia Borg, en donde pasó muchos veranos de su infancia, y luego la casa de su madre, que continúa viva y lúcida en sus más de noventa años.


Isak, en medio de todo este anecdótico viaje, rememora viejos recuerdos al visitar los lugares de su infancia. En dichos recuerdos y sueños, revive momentos que fueron dolorosos para él. Por ejemplo, en la casa de verano, recuerda cómo perdió al amor de su juventud (su prima, también de nombre Sara, quien terminó casándose con su hermano Sigfrid); y en un sueño posterior revive el momento en que descubrió que su esposa (ya muerta hace varios años) lo engañó con otro hombre. Ambas se refieren a la personalidad apática e insensible de Isak. Ya en la casa de su madre, recibe las felicitaciones por su doctorado, que parecen protocolares para su madre, pues es una familia burguesa. También tiene la oportunidad de recordar vivencias familiares, pues ella saca un baúl de recuerdos para compartirlo con ellos.

Ya casi llegando a Lund, Marianne finalmente tiene la oportunidad de contarle a Isak sobre el bebé que viene en camino, cuando Isak le cuenta sobre aquellos sueños:


— ¿Has dormido bien?

— Sí, pero soñando. Estos últimos meses he tenido los sueños más extravagantes… Sencillamente ridículos.

— ¿Cómo ridículos?

— Es como si yo quisiera decirme algo a mí mismo que despierto no quiero oír.

— ¿Ahhh, sí? ¿Y qué es?

— Que ya estoy muerto, aunque todavía vivo.


Marianne, le cuenta que eso mismo le había dicho Evald, que solo quería estar muerto, luego de discutir con él, porque no quería que ella tuviera el bebé; según él, no tiene sentido traer niños a este mundo, pues no hay motivo para pensar que serán felices. Marianne no piensa así, para ella esas razones no son más que cobardía y excusas, pero le preocupa traer al niño al mundo, rodeado de familiares así: un padre seco y frío, al igual que su abuelo y bisabuela, y se lo cuenta a Isak:


— Yo pensé: esta es su madre, una mujer viejísima, fría como el hielo, más horripilante que la propia muerte, y junto a ella su hijo, pero están separados años luz el uno del otro, y él mismo dice estar muerto, aunque vive todavía… Y Evald está tan solitario y frío como ellos… Después he pensado en el hijo que llevo dentro, y compruebo que en cualquier camino no hay más que frialdad, muerte y soledad, pero todo tiene que seguir hasta el final…


Y es que Bergman, parece contrastar siempre los sentimientos por un lado y la razón por otro. Critica la actitud de los intelectuales, que hallan o piensan hallar una respuesta racional a las emociones, sentimientos, o a las preguntas más fundamentales que las personas se hacen (por lo menos las de occidente); como si existe Dios, qué hay más allá de la muerte y por qué el mundo está lleno de sufrimiento. Por ejemplo, los dos hombres viajeros, Anders y Victor, debaten sobre la existencia de Dios, ya que uno cree en esta, y quiere volverse pastor, en tanto que el otro, que quiere ser médico, no la cree posible, y llegan a discutir tan fuerte que se van a los golpes.

De todas maneras, lo que sucede con Isak en su viaje hace que cambien muchas cosas dentro de él. Concluye que la soledad será el resultado inevitable de su actitud fría y antipática. En el sueño extraño que tiene, en donde visualiza a su mujer engañándolo, también hay un episodio en el que está en un salón de clase de la universidad, y el que figura como profesor universitario en dicho sueño, es el que lo lleva a el lugar en donde ve a su esposa y su amante, y cuando su esposa se ha ido del lugar, este le sentencia a Isak, como si se tratara de la calificación de un examen:


— Se fue, todos se fueron. Todo ha sido extirpado profesor Borg. Una obra maestra de la

cirugía. Sin dolor, sin hemorragias, sin convulsiones...

— ¡Cuánto silencio!

— Una obra maestra de su género profesor.

A lo que Isak le pregunta:

—¿Y cuál es mi condena?

— No lo sé, lo usual, supongo.

— ¿Lo usual?

— La soledad.— Le responde finalmente el profesor.


El cambio se ha efectuado dentro del profesor, y es que luego de la ceremonia del doctorado, cambia completamente su actitud hacia Agda, su empleada, y le pregunta sobre cómo se encuentra. Al parecer, ahora se preocupa más por sus allegados, y no lo resuelve todo de forma egoísta y “racional”, recomendando psicólogos o curas, pretendiendo evadir su responsabilidad de ser padre, o suegro, o simplemente amigo.


Bergman, parece concederle, entonces, la redención al Doctor Isak Borg, en medio de un ejercicio poético de imágenes y meditaciones sobre las relaciones humanas y las preguntas existenciales.


Los tres vivarachos muchachos que lo acompañaron durante el viaje, antes de seguir con su camino a Italia, se despiden del profesor, deseándole lo mejor. Él ha dejado en ellos la impresión de ser un viejo sabio, divertido y generoso.


Isak, al final, pareció sentirse vivo de nuevo. Esa noche, antes de acostarse, logró comunicarse un poquito mejor con su hijo; este le contó que aceptaba la decisión de Marianne respecto al hijo, y aceptaba seguir con ella. Al parecer, lograron salir de los temas habituales que trataban (como una plata que le debía Evald y que Isak no estaba dispuesto a perdonarle).


Antes de dormirse, y luego de reflexionar sobre aquel anecdótico día, recuerda una vez más la casa de verano, y tiene una visión idílica, preciosa de sus padres, sentados en la orilla del lago, saludándolo . Ese día, con aquellos sueños, rememoraciones y vivencias con sus familiares y nuevos amigos, al parecer de nuevo, vivió. lindo final.


Referencias:

Garci, J. (Director) ¡Qué Grande es el Cine!. España: TVE. Tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=B87pIJl9Kww&t=1506s



 
 
 

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