Reseña | Ju-On: Origins. La última serie de terror de Netflix
- Manuel Rodríguez
- 14 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 jul 2020

El último agregado de la aclamada y reconocida franquicia de terror japonés, Ju-On: Originis, es una mini serie de seis capítulos, cada uno con una duración aproximada de treinta minutos. Es una prometedora sucesión de la franquicia original, aunque no hace falta haber visto ninguna de las primeras o tardías películas.
Al igual que sus predecesores, Ju-On puede resumirse como una reflexión en torno a los actos de violencia cometidos por los hombres en contra de las mujeres y los niños. La particularidad de la serie (y de la franquicia) es que cada acto de violencia maldice a las personas y a los lugares donde son cometidos. Plagada de referencias a historias de asesinatos, secuestros y violaciones verdaderas en Japón, es inevitable pensar que también es una reflexión de la cultura misma del país, y que se está apuntado a sugerir que la misma cultura está maldita.
Ahora bien, si las imágenes tienen el propósito de reflexionar sobre estos actos, es notable el hecho de que se haga desde una perspectiva histórica. Las historias de fantasmas, atemorizantes o no, siempre se han caracterizado porque confrontan el pasado con el presente, ya sea para reivindicar o de destruir la relación entre uno y otro. En la franquicia original este aspecto adquiere una apariencia revestida de violencia, de la cual es imposible escaparse, y puede pensarse que no hay tanto una reivindicación o terminación del pasado o el presente, sino, precisamente, una maldición ineludible. Sin embargo, la franquicia original nunca fue precisa cronológicamente hablando, incluso aunque se preocupaba por tratar temas históricos, con fechas específicas. Se puede decir que hay muchos cabos sueltos, y el propósito muchas veces no es atarlos. Con estos problemas a tener en cuenta, Ju-On: Origins parece que no solo es una reflexión desde la violencia del pasado y el presente, sino también de la misma historia de la franquicia; para ponerlo en otras palabras, la serie puede pensarse como una revisión de las anteriores películas, dado que incorpora guiños visuales y temáticos en su nueva narrativa. Esto la hace, como poco, mucho más interesante. Incluso se puede pensar que es una revisión del género de terror fantástico.
Pero si es una revisión no significa tampoco que ate los cabos sueltos que ella misma enreda. Es muy posible que todos los que la vean terminen con más preguntas que respuestas. Por ejemplo, ¿hay viajes en el tiempo? O, qué pasó con tal o cual personaje. O si alguna vez la violencia puede resolverse en un último acto de paz. Incluso, si siendo tan obsesa con la historia la serie misma no termina por anularla por completo. Igualmente, hay una pregunta en cuanto a la necesidad de mostrar los actos violentos de forma tan explícita, pues ¿de qué forma esas imágenes intolerables nos acercan o nos alejan de los problemas culturales que se presentan? Algo es cierto y sí tiene respuesta: Ju-On: Originis promete asustarnos, atemorizarnos y perseguirnos con sus imágenes. Imperdible.
Excelente reseña. Aunque no soy muy aficionado a las películas de terror, la veré, me parece muy interesante. Gracias!!!